Cada proceso de selección en el empleo público pone sobre la mesa algo más que méritos y capacidades: también están en juego los derechos fundamentales de las personas aspirantes, como la protección de datos personales y la no discriminación
Desde SEPMA recordamos que las administraciones públicas no pueden pedir ni tratar cualquier tipo de información. Hay límites legales muy claros. ¿Sabes cuáles son?
¿Qué datos pueden pedirte?
Solo los imprescindibles para valorar tu idoneidad profesional: formación, experiencia, titulaciones… pero nunca tu estado civil, tu orientación sexual, tus creencias religiosas, tu afiliación sindical o si tienes hijos o hijas. Exigir, por ejemplo, un certificado de antecedentes penales solo es legal en casos muy concretos previstos por ley.
¿Pueden mirar tus redes sociales?
Aunque tus perfiles sean públicos, la administración o entidad contratante no puede utilizar información obtenida de redes sociales si no existe una base legal que lo justifique. Solo si es imprescindible para el desempeño del puesto, y si se ha informado previamente a la persona candidata, podría considerarse lícito… pero siempre con cautela y proporcionalidad.
Entrevistas con límites
¿Te han preguntado en una entrevista si piensas ser madre o padre, si vives sola o con alguien, o si estás dispuesta a desplazarte “pese a tu situación familiar”? Este tipo de preguntas no solo están fuera de lugar, son ilegales. La normativa prohíbe expresamente realizar preguntas que vulneren la intimidad o puedan dar lugar a discriminación por razón de género, edad, orientación sexual o cualquier otra condición personal o social.
Selección justa, sin sesgos… y sin riesgos
La Agencia Española de Protección de Datos lo deja claro: la recogida y el uso de datos en los procesos de selección deben seguir los principios de necesidad, proporcionalidad y minimización. Y esto aplica tanto en el sector privado como en el empleo público.
Desde SEPMA animamos a todas las personas aspirantes y empleadas públicas a estar informadas y denunciar cualquier práctica discriminatoria o invasiva. Porque el respeto a la privacidad y a la igualdad empieza desde el primer contacto: la entrevista.

